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Educar para la felicidad
septiembre 28, 2021
Les compartimos las reflexiones que se generaron a partir de la cuarta parada del Integralis Digital Tour. Esta vez, viajamos a Chile y de la mano de Daniela Teruggi, Denise Ibarboure y Noita D'escrivan se abordó el tema “Educación sexual y desarrollo personal”.
El panel, moderado por Patricio Videla, recorrió la temática explicando la importancia de una educación sexual desde la temprana edad como la clave para formar niños y niñas capaces de crear vínculos sanos.
Una educación de la sexualidad desde la integralidad va más allá del aspecto biológico de la prevención de enfermedades de transmisión sexual (ETS) o de los embarazos no deseados, sino que implica una enseñanza de la aceptación de uno mismo, en el reconocimiento de las capacidades y talentos que tiene cada persona. En palabras de Noita D'escrivan: "La enseñanza de la sexualidad desde la afectividad es un proceso de humanización”. En este sentido, al educar la sexualidad, se educa en el amor, se enseña a amar y a formar un proyecto de vida que estimule relaciones bienintencionadas que luego den origen a matrimonios y familias estables y saludables.
Dice Daniela Teruggi “Hablar de los temas de sexualidad es urgente hoy en día. Si queremos una preparación integral, educar la sexualidad es sumamente importante porque es más que prevención, es todo lo que somos" y por esto mismo, debe hacerse de manera personalizada, atendiendo y respetando lo que cada uno necesita y en los tiempos que cada uno requiere. No basta con medidas generales que atiendan estadísticas, sino una educación de calidad que brinde herramientas para que las personas se desarrollen plenamente, aunque su resultado sólo pueda verse en el largo plazo.
Por lo tanto, los padres y las instituciones educativas tienen un rol fundamental. Los padres como primeros educadores y la escuela, como segunda casa en la que se aprehenden valores y conductas. En este sentido, es importante que los adultos puedan reconocerse a sí mismos con sus carencias y limitaciones pero también con sus capacidades, porque sólo con la claridad de lo que se es, se puede salir al encuentro con el otro. Es el único modo en que se puede establecer una conexión genuina con el adolescente, que suele ser la población más vulnerable respecto a estas temáticas, para hacer el ejercicio de ponerse en el lugar del otro y así tratar de entender cómo siente, qué piensa, y en definitiva cómo vive.
Por ello, es vital que entre los actores adultos que están presentes en la vida de los jóvenes, exista un diálogo sincero que contemple los temores del abordaje de estos temas y también los diferentes puntos de vista, de modo que el estudiante pueda experimentar un ambiente coherente y de confianza para poder expresarse. “No debemos escandalizarnos, sino que en las clases, tenemos que poder demostrarle a los chicos y chicas que los queremos, que sus vidas nos importan y que aunque como adultos no compartamos algunas de sus decisiones, seguimos estando ahí acompañándolos” mencionó Denise Ibarboure.
Durante la pandemia, todo aquello que ya representaba un desafío en la presencialidad, con la cuarentena se intensificó mucho más. Quedó en evidencia la necesidad de profundización respecto al tema en general y sus emergentes específicos (como el caso del sexting). Además, con la circunscripción de las actividades dentro del hogar y la ponderación de la virtualidad, el entretenimiento se redujo al consumo de series y contenidos que muestran la sexualidad como una moda de prácticas superficiales dejando de lado los valores y la afectividad.
Son los adultos, especialmente los educadores, quienes deben estar preparados para adaptarse al contexto incierto que es propio de este mundo, de manera que se detecten en forma temprana los riesgos y por lo tanto, se facilite un auténtico desarrollo personal de las niñas, niños y adolescentes. Para eso, se requiere estimular la curiosidad por aquello que sucede en su mundo y sostener una actualización continua en la formación que permita incorporar nuevos conocimientos y herramientas didácticas que generen espacios de confianza y aprendizaje. Pero, fundamentalmente se necesita que se quiera mucho a cada joven, porque solo desde una enseñanza y acompañamiento con cariño genuino, podrán alcanzar su plenitud.
Para profundizar en estos temas, invitamos a ver nuestros cursos de Educación Sexual en la Infancia y Educación Sexual en la Adolescencia.