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Odoo - Prueba 1 a tres columnas

La formación continua: un camino, no un fin.

noviembre 11, 2022

 

En el marco de una serie de entrevistas sobre formación docente a expertos en Educación, entrevistamos a Verónica Cipriota, Directora Ejecutiva de Enseñá X Argentina y ex Directora de Aprendizajes en Active Learning.



Recientemente asumiste el cargo de directora ejecutiva en Enseñá por Argentina, ¿nos contarías qué es lo que hacen allí?


    Enseñá por Argentina es una Fundación que desde hace 12 años trabaja por la educación en el país. A través de nuestros programas en 9 regiones estamos construyendo un movimiento diverso de personas comprometidas con la educación de las comunidades en situación de vulnerabilidad socioeconómica, que a través del liderazgo colectivo se involucra para reimaginar la educación y asegurar que cada niño, niña y joven acceda a una educación integral de calidad.



¿Creés que es importante la formación continua de los docentes? ¿Por qué?


    Creo que la formación continua es importante en general, es decir, tanto en el mundo de la educación como en cualquier otra profesión o área de la vida. Siempre es importante que nos mantengamos actualizados y nos enfoquemos en la mejora permanente, en contextualizar nuestras propuestas y nuestra práctica con las nuevas generaciones de estudiantes y los caminos y posibilidades que van surgiendo a partir de las tecnologías o los descubrimientos científicos. 

Los docentes no somos la excepción a la regla: también para nosotros es fundamental formarnos; de hecho, tenemos muchísima vocación para seguir capacitándonos en todo momento.

Lo que resta preguntarnos es si la única manera de formarnos es a través de propuestas formales institucionalizadas -como cursos, postgrados, etc.- o si también podemos hacerlo de manera autodidáctica, orgánica, a través de nuestras investigaciones, nuestras experimentaciones y las conversaciones que mantenemos con colegas.

Yo creo que ambas son importantes. Es muy bueno participar de instancias de capacitación formales, porque impulsan cambios potentes en la práctica, más aún si lo hacemos en equipo, compartimos proyectos y damos pasos en la misma dirección.


¿Cuáles son los mayores obstáculos que ves generalmente en la formación continua de los docentes?


    Mencionaría, en primer lugar, las dinámicas personales y familiares del uso del tiempo: muchas veces tenemos todo nuestro tiempo asignado a estar junto con los estudiantes frente al curso, y eso hace que tengamos que disponer de nuestro tiempo personal para formarnos. Esto es, sin dudas, un gran desafío que tenemos tanto en Argentina como en otros países.  

    Por otro lado, una vez que encontramos el tiempo y el espacio para formarnos, luego tenemos que contar con un apoyo muy importante dentro de nuestra práctica, para poder experimentar con las nuevas cosas que aprendemos. Y eso no siempre sucede.

Nos encontramos con diversos obstáculos, ya sean dificultades propias de la escuela, temores nuestros a innovar, a probar cosas nuevas, a permitirnos salir de la zona de confort… Algo que siempre digo es que el enemigo de la innovación es justamente querer innovar en todas las áreas. Tenemos tanto dando vuelta, tantas cosas que queremos implementar, que al final no le dedicamos el tiempo y la profundidad que verdaderamente requieren. Y esto hace que uno no logre poner en práctica lo aprendido, se desaliente y se descontinúe, generando, muchas veces, confusión en los chicos.



¿Qué le dirías a un directivo que no quiere invertir en la formación de sus docentes por la alta rotación del personal que hay?


    Yo más bien me preguntaría si efectivamente tenemos una alta rotación de personal y por qué la estamos teniendo. También me preguntaría qué hace que los docentes quieran quedarse y construir dentro de una comunidad educativa, en un proyecto educativo.

Me da la sensación de que cuando los docentes -al menos con los que tuve el gusto de coincidir- están fuertemente vinculados a una visión y están convencidos de un proyecto educativo que es compartido y del cual se sienten parte, no tienden a irse. Cuando el clima es de bienestar, de profundo respeto hacia los estudiantes, las familias y hacia los propios docentes en general tienden a no querer irse

Es importante para mi, sobre todo en las nuevas generaciones, que nos podamos sentir parte de lo que estamos haciendo. La formación debería ser parte de la solución, no un desperdicio de recursos. La clave está en retener y cultivar talento, conformar equipo.


¿Conocés alguna experiencia positiva que un colegio haya vivido a partir de formar a todo un equipo docente?


    Sí, he tenido la suerte de ver experiencias sumamente positivas donde la formación docente fue un condimento importantísimo, no tanto porque la formación docente sea el proyecto en sí, sino porque la han considerado como un paso hacia el proyecto escolar que sueñan.

    Creo que las escuelas que tienen una visión muy clara de la comunidad que quieren ser y seguir siendo, y que caminan con una mirada y un plan trazado muy claro de hacia dónde quieren ir, son capaces de tomar la formación docente como la manera de obtener habilidades y herramientas para lograr su objetivo.

    Cuando se toma la formación docente como un camino hacia algo que queremos construir y no como algo en sí mismo, moviliza muchísimo el trabajo, el clima laboral y, por supuesto, los aprendizajes y la experiencia de todos los estudiantes. La formación docente debemos mirarla, entonces, como un camino hacia esa escuela que soñamos.