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Escuelas que educan para la paz
enero 14, 2022
Claro está que las instituciones educativas deben ser por excelencia espacios de cuidado y protección para los estudiantes que concurren a ellas asiduamente pero además, deben ser promotoras de una cultura de paz y no violencia.
En este sentido, los directivos y docentes tienen una especial responsabilidad porque la promoción de ambientes pacíficos no es una tarea sencilla. Los niños y jóvenes, están siendo constantemente bombardeados con imágenes y discursos cada vez más violentos que separan y dividen a las personas en bandos opuestos en los que cada uno “tira para su propio lado”. El bullying y el ciberacoso son algunos de los ejemplos más comunes.
Por todo esto, se requiere de una planificación que sea transversal a todos los contenidos y actividades de la escuela, al mismo tiempo que se deben encarnar prácticas de tolerancia, respeto y comunión entre las personas que conforman el equipo escolar.
El 30 de enero se conmemora el Día Escolar de la Paz y la No Violencia en memoria del fallecimiento de Mahatma Gandhi, líder nacional y espiritual de la India. Para él, la paz era el único camino posible que tenía la humanidad para vencer sus problemas de injusticia.
Se trata de una jornada educativa fundada en España en 1964 por el poeta y pacifista mallorquín Llorenç Vidal y reconocida por la ONU en 1993, como punto de partida para una educación no-violenta y pacificadora. En este día, los colegios se pronuncian como instrumentos de paz y entendimiento para cultivar el amor universal entre personas de diferente raza, religión y formación.
El fin último de este día es que se repliquen buenas prácticas para que poco a poco y desde las escuelas, se instauren valores que acerquen y unan a las personas para lograr una convivencia armónica en donde todos y cada uno tengan la posibilidad de desarrollarse en plenitud.
Para poder alcanzar este objetivo, la clave está en que como educadores entrenemos nuestras habilidades sociales de manera que seamos un espejo de la sociedad que soñamos especialmente en esos momentos que más nos cuesta: corregir a otros, manejar situaciones problemáticas, establecer vínculos sanos, etc. Debemos recordar que nuestros niños, niñas y adolescentes absorben constantemente lo que sucede en sus entornos.
Por otro lado, es importante hacer visible aquellas acciones que promueven una cultura de la no violencia para que poco a poco, cada miembro de la comunidad escolar se vaya apropiando de estas prácticas y las replique en los demás entornos de los que forman parte.
Gandhi decía “Mi vida es mi mensaje”. Seamos la oportunidad de sembrar en el corazón de los estudiantes la esperanza de que un mundo mejor es posible y que depende de nosotros.