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Muchas veces se nos presenta la siguiente disyuntiva: desde las autoridades nos solicitan que califiquemos con notas y nosotros queremos realizar una evaluación más formativa. En torno a esto, es importante decir que ambos modos de calificar no son antagónicos.
Tenemos que saber que calificar a un alumno con notas no es malo. Las notas y calificaciones nos proporcionan una forma objetiva de evaluar el desempeño académico de los estudiantes y brindarles retroalimentación sobre su progreso. Las notas son también herramientas de selección y ayudan a tomar decisiones como, por ejemplo, la admisión a instituciones educativas de nivel superior. Lo que debemos saber es que la nota siempre tiene un impacto significativo en los alumnos.
Numerosas investigaciones y estudios sugieren que evaluar a los alumnos únicamente con el sistema de calificación tradicional trae consecuencias que no siempre suman para el desarrollo de un aprendizaje significativo. Cuando hay una nota de por medio, el foco se corre y una buena nota pasa a ser el último objetivo a lograr.
También podemos decir quelas notas influyen en la motivación, la autoestima y el desempeño académico. Una calificación alta puede reforzar la confianza del alumno en sus capacidades y también generar un mayor compromiso con el aprendizaje. Por otra parte, una nota baja puede generar frustración, desmotivar e incluso afectar negativamente en la autoestima del alumno.
Además, existen estudios que sugieren que una calificación tradicional trae efectos negativos en los alumnos, ya que muchas veces generan ansiedad, estrés y presiones que van en contra del bienestar emocional. A veces es tal la preocupación que genera la calificación tradicional que los alumnos se enfocan únicamente en los resultados y dejan de lado el verdadero aprendizaje.. Algunos alumnos buscan el éxito a corto plazo y así no se enfocan realmente en aprender o desarrollar capacidades a largo plazo. Puede pasar también que un sistema de calificación numérica promueva un ambiente competitivo y fomente la comparación entre los alumnos.
Sabemos que una nota no siempre refleja lo que el alumno sabe o ha comprendido sobre un tema. Más allá del resultado numérico, tenemos que poder ver el proceso de aprendizaje en su totalidad. Las calificaciones muchas veces son el medio en que se realiza el intercambio entre alumnos, docentes y padres. Debemos poder ir más allá…
Para que las notas estén al servicio del aprendizaje, tenemos que establecer criterios claros y explicar cuáles van a ser los modos en que, como docentes, recogeremos evidencias del proceso de aprendizaje. Conversar con cada alumno, evaluar juntos su rendimiento e identificar áreas de mejora. Es cierto que muchas veces la nota es una medida tangible del rendimiento y pueden impulsar al alumno a esforzarse por obtener mejores resultados.
Con todo lo dicho es muy importante tener en cuenta que las calificaciones no deben ser el único enfoque de evaluación y retroalimentación. Como docentes, siempre debemos complementar las calificaciones con una evaluación formativa más amplia y centrada en el proceso de aprendizaje. Tenemos que encontrar un equilibrio entre calificar con notas y utilizar métodos más formativos para poder valorar el aprendizaje de cada alumno de modo integral.
¿Qué podemos hacer?
Aunque tengamos que asignar calificaciones numéricas, es importante también brindar a los alumnos una retroalimentación detallada y específica sobre su desempeño.Complementar las calificaciones con retroalimentación constructiva, pues esto les permitirá comprender cuáles son sus fortalezas y en qué áreas tiene que mejorar.
Se pueden utilizar diversos instrumentos. Lo importante es siempre establecer los criterios de evaluación y asegurarse de que los alumnos los hayan comprendido.
Además de las pruebas tradicionales, es positivo incorporar una variedad de métodos de evaluación formativa; esto permitirá a los alumnos demostrar su comprensión de manera más amplia y desarrollar distintas capacidades. También tenemos queponer especial énfasis en la autorreflexión y la metacognición, animar a los alumnos a que reflexionen sobre su propio proceso de aprendizaje, que evalúen su progreso, que identifiquen estrategias efectivas para lograr el aprendizaje y se propongan metas para su crecimiento académico.
Por último, podemos introducir la evaluación entre pares y la coevaluación como una manera de evaluar de un modo formativo. Esta les permite ver diferentes perspectivas, aprender a escuchar y recibir retroalimentación y desarrollar las capacidades de desarrollo emocional y autoconocimiento.
En síntesis, es muy importante saber que la evaluación de los alumnos tiene múltiples facetas y que el único objetivo que nos debería preocupar como docentes es que nuestro alumno aprenda y se desarrolle de modo integral como persona.
*Formación de posgrado en innovación educativa en Harvard Graduate School of Education Project Zero, Jesuites Educacio Horitzó 2020 Barcelona y Nazareth Global Education. Especialización en Artfull Thinking. National Gallery of Art Washington - Smithsonian 2020. En 2017 coordinaron el área de Aprendizaje Basado en Proyectos en “Muy Bien 10”. Durante los años 2018 y 2019 se desempeñaron como coordinadoras pedagógicas del área de Aprendizaje Basado en Proyectos de la Red de Escuelas de Aprendizaje.